El Año Nuevo
tiene que ser mejor:
como seres humanos
aprendemos que el tiempo
se desborda en pequeños
años, meses, días,
y que cada hora
es un espacio etéreo
para compartir el amor.
No hay decretos universales,
pero el Sol nos pertenece
a todos, así como
la poca tierra extendida
sobre el planeta.
La paz nos entra en el alma
y en el pensamiento cuando
se elimina la ambición.
Teresinka Pereira